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Publicado por Centinela

Comprometidos en la fe En la India, la mayoría de quienes han aceptado a Jesucristo provienen de los “dalits”. Esta gente oprimida ha encontrado en Jesucristo la libertad y valor como personas, que no tenían. Aún son muy pocos. Miles de quienes murieron no tuvieron la esperanza de vida eterna y eso sí que debe preocuparnos y llevarnos a actuar. ¿Acaso lo sucedido es una oportunidad para que el pueblo Hindú tenga una mejor opinión que la que tuvo el famoso estadista Indio, conocido como Ghandi, quien dijo: “Creo en Cristo, pero no en los cristianos”? .. ¿CUÁL DEBERÍA SER LA PREGUNTA? “A su paso, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron: — Maestro, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus padres? — Ni él pecó ni sus padres — respondió Jesús, —sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida” (Juan 9: 1-3 NVI). La actitud de los discípulos de Jesús no ha cambiado; con frecuencia, ante un desastre nuestra pregunta casi siempre es: “¿Por qué?”. Los hechos recientes del maremoto en Asia despertaron muchas de estas preguntas y las respuestas u opiniones también han sido diversas: “Falta de previsión por parte de las autoridades”, “Ignorar la advertencia que hace algunos años había hecho un científico mexicano de apellido Ortíz, respecto a que en esa zona se podría repetir un maremoto que en siglos pasados se había dado”, y otras más. Es posible que si el Señor estuviera entre nosotros, también tomaríamos su opinión y es muy probable también que él nos volvería a decir que la pregunta que importa, no es: “¿Por qué?”, sino “¿Para qué?” indonesiaLa india es un país de muchos contrastes geográficos, económicos, sociales y religiosos. En la India prevalece el sistema de castas. La casta determina la posición de la persona dentro de la sociedad. Este concepto está basado en la mitología hindú sobre la creación del hombre, nacido del cuerpo de Brahma, la fuerza suprema espiritual que creen controla toda la vida. Ellos creen que cada casta nació de una parte diferente del cuerpo del “Ser supremo”. Los brahamanes (sacerdotes y maestros) ocupan el primer lugar en la escala social, ya que salieron de la boca; los ksatriyas (administradores y guerreros) salieron de los brazos; los vaisyas (mercaderes encargados de la producción y el comercio) provienen de los muslos; y los sudras, casta más inferior, provienen de los pies y su función está destinada a llevar las tareas sucias, desagradables y servir mansamente a las otras castas. Hay una quinta clase que se encuentra fuera del sistema de castas y está considerada como los “indeseables”, también conocidos como “harijans” o “dalits” que significa “oprimidos”. Se calcula que su población sobrepasa a los mil millones de habitantes de los cuales 2.6% profesan el cristianismo, 10.7 % son musulmanes y el 83.5% practican el hinduismo. El Hinduismo es una práctica politeísta e idólatra en la que se habla de la adoración a más de 33 millones de dioses. El énfasis del hinduismo no está puesto sobre las creencias de la persona sino sobre su modo de vida, es una cultura más que un dogma; se mantiene una variedad de rituales, ejercicios místicos, prácticas ascéticas y observancias sociales que están enlazadas a la tradición, la historia y el sistema social de la nación. En la India, la mayoría de quienes han aceptado a Jesucristo provienen de los “dalits”. Esta gente oprimida ha encontrado en Jesucristo la libertad y valor como personas, que no tenían. Aún son muy pocos. Miles de quienes murieron no tuvieron la esperanza de vida eterna y eso sí que debe preocuparnos y llevarnos a actuar. ¿Acaso lo sucedido es una oportunidad para que el pueblo Hindú tenga una mejor opinión que la que tuvo el famoso estadista Indio, conocido como Ghandi, quien dijo: “Creo en Cristo, pero no en los cristianos”? “En aquella ocasión algunos que habían llegado le contaron a Jesús cómo Pilatos había dado muerte a algunos galileos, cuando ellos ofrecían sus sacrificios. Jesús les respondió: ¿Piensan ustedes que esos galileos por haber sufrido así, eran más pecadores que todos los demás? ¡Les digo que no! De la misma manera todos ustedes perecerán a menos que se arrepientan. ¿O piensan que aquellos dieciocho que fueron aplastados por la torre de Siloé eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? ¡Les digo que no! De la misma manera todos ustedes perecerán, a menos que se arrepientan” (Lucas 13: 1-5 NVI). Pagina principal

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