Que importante es analizar antes de aceptar cualquiercosa. La palabra de DIOS no prohibe el estudio de tal o cual cosa, por el contrario nos dice: “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21). Este texto bien enfatiza la importancia de no aceptar cualquier filosofía humana. Lamentablemente vivimos en una época de muchas diferencias religiosas y por ende la multiplicidad de iglesias. El sentido común de cada persona hace que al llegar a cualquier tienda, ya sea de ropa, alimentos, artículos de limpieza o algún accesorio para el hogar, verifica antes de realizar la compra la calidad del producto, es decir, algo de buena calidad, para no lamentar en el futuro la mala compra por no examinar correctamente la mercadería. La palabra del Señor al ser enseñada por alguna persona, debe ser examinada para no ser engañados por sabidurías humanas. Dice Mateo 15:9 “Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres”. Hay muchas doctrinas de hombres, creadas por la mente del hombre mismo, y lo lamentable del caso, es que muchos son atraídos por estas doctrinas; esto es abominación para el Señor. Dice Mateo 7:21 “No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. ¡Palabras duras, pero palabras del Señor! Muchos llamados “Pastores” enseñan a viva voz, que no interesa la iglesia donde quiera asistir; ellos afirman diciendo que todas conducen al cielo, todas hablan de Dios, todas son importantes e incluso, muchos dan gracias a Dios por todas las iglesias existentes en el mundo, sin entender que el Señor oro por la unidad de los creyentes, es decir por una misma fe, bajo una sola cabeza el cual es Cristo y por un mismo cuerpo que es su iglesia. Dice Juan 5:39 “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Estudiar las escrituras debe ser el deber de toda persona humilde que desea salvar su alma y anhelar una generosa entrada en el Reino de los cielos (2 Pedro 1:10-11). Tenemos las escrituras en nuestras manos, y la misma es inspirada por Dios (2 Timoteo 3:16). En ella encontramos todo lo necesario para conducirnos en esta vida como corresponde ante los ojos del Señor. Diariamente veo en la televisión a religiosos que considero “mendigos profesionales” que, astutamente utilizan el nombre de Dios para conseguir dinero de la gente y así llegar al alto poderío económico, pero, sin embargo, parece ser que a muchos les gusta esto, o no ven la realidad. El problema clave está en NO examinar las escrituras para ver si estas cosas son así, tal como lo hacían los de Berea (Hechos 17:11). Por eso, a mis amigos lectores le invito a que consideren los artículos expuestos aquí, pero, a la vez, le animo a que tomen sus Biblia y examinen los artículos para comprobar si lo que dice es de acuerdo a la palabra de Dios. Es muy peligroso caer en el error, hablar en el nombre de Dios no significa tener la verdad. Muchos falsos profetas han salido por el mundo 1 Juan 4:1. Por último comparto estas palabras del Señor Jesús que dijo: “Toda planta que no planto mi padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de otros ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo (Mateo 15:13-14).

Por años hemos escuchado solo un lado del carácter de Dios, y nos han repetido hasta el cansancio, que es bueno, y es amor, pero el lado que hemos desconocido, o que no nos gusta reconocer es que ÉL también es Juez y fuego consumidor. Cuando miles de preguntas vienen a nuestra mente, y nos cuestionamos ¿por qué él tiene dinero y yo no?, ¿por que Dios permitió esto? muchas veces para responder estas preguntas no hay que filosofar demasiado sino pensar racionalmente, hay gente que estudia mucho se esfuerza y está donde está porque se lo merece, o quizás recibió una herencia, o tiene familia acomodada, en estos casos hay miles de variantes. A la vez aunque parezca frívolo las enfermedades, malos momentos, la muerte son parte de la vida de todos los seres humanos seamos, religiosos, ateos, agnósticos, pobres, ricos, blancos, negros, amarillos etc. A esto podemos agregar una última pregunta ejemplo, ¿es culpa de Dios si estoy infectado/a con el VIH y nace mi hijo infectado también?, Indiscutiblemente que no es su culpa, ya que es muy recurrente culpar a Dios cuando nos va mal o cuando ocurren cosas maléficas. Si leemos la Biblia podemos ver que en muchas ocasiones, Dios avisó con años de anticipación que traería un juicio a un pueblo, ciudad, o nación. Pero la humanidad no creyó, y es lo que pasa actualmente la gente no entiende hasta cuando se hace manifiesto el dolor. La Biblia relata un episodio sobre un hombre llamado Noé, Dios le dijo que fabricara un arca porque vendría una lluvia que duraría 40 días y 40 noches que destruiría la tierra y todo ser viviente sobre ella, y Noé comunicó éste mensaje por 120 años, pero aquellas generaciones no creyeron hasta cuando comenzó a llover, y eran días similares a éstos, se daban en casamientos, fiestas, además eran días de avances arquitectónicos y tecnológicos, y no es que estén mal las cosas ya mencionadas, pero seguro estaban muy ocupados para interesarse en Dios y su palabra. Abordando otros temas hay algunas naciones que se caracterizan por tener altos índices de pobreza, enfermedades, y mortandad, y nos preguntamos si Dios es bueno, ¿por qué permite esto? pero debemos analizar a que dios sirven, en muchas de ellas adoran al dios sol, luna, vaca, ratón, etc., y como sabemos ninguno de éstos dioses responderá una súplica u oración, y puede ser por ello que nuestras tradiciones paganas nos traigan consecuencias nefastas y paguen inocentes por nuestras transgresiones. Es hora de hacernos responsables de nuestros actos, y no actuar como Eva que culpó a la serpiente o como Adán que hizo lo mismo con Eva. Y reconocer que no sabemos como actúa Dios, y que nuestras mentes finitas, nunca lograrán comprender su mente infinita. Por ello es el tiempo de volvernos con todo el corazón al único Dios verdadero, y reconocer que hemos optado por vivir lejos de ÉL y de sus principios. creditos hno. Francisco J. Mancilla.